miércoles, 30 de julio de 2014

La piel dorada. Carla Montero


A pesar de ser su tercera novela, me estreno con esta autora, y he de reconocer que ha sido un buen bautismo de fuego. La novela me sedujo por varias razones, quizás la más importante es la ciudad en la que se ambienta, Viena y la época que ha elegido la autora, finales del s.XIX y principios del XX, una época de tremendos cambios sociales, económicos, políticos y culturales... que se ven reflejados en la trama de forma amena, y no quiero olvidar el género en el que la han encuadrado, la novela negra. Quién me conoce y es asiduo al blog, conoce mi pasión por lo negro y criminal, a pesar de que mis lecturas últimamente se encuadren en otras vertientes y sean más bien pocas las reseñas que se pueden encontrar del género, en mi descargo diré que tengo muchos libros pendientes de opinión y que pertenecen a él.

He disfrutado tanto con este libro que ya puebla mi estantería La tabla esmeralda que en su día descarté por unas cuantas opiniones negativas que encontré por la red. La ocasión la pintaban calva y no pude resistir la tentación de llevármela a casa, además a buen precio porque fue fruto de un intercambio literario que organizó la concejalía de cultura de mi localidad. Espero encontrar pronto un hueco para sumergirme en sus páginas porque el periodo histórico también es muy de mi gusto.

La autor@:

Nadie como el autor para hablar de sí mismo,  en la solapa de esta novela Carla Montero toma la palabra
y he considerado que merece la pena conservar sus impresiones.
Carla Montero (Madrid 1973) Comencé mi carrera literaria con la novela Una dama en juego (Plaza & Janés, 2010; DeBolsillo, 2012), que obtuvo el Premio Circulo de Lectores de Novela el año 2009. Después me adentré en el mundo del expolio nazi de obras de arte con la novela La Tabla Esmeralda (Plaza & Janés, 2012; DeBolsillo, 2013), una historia que ha conquistado a miles de lectores en España y ha sido traducida a varios idiomas.

Mi tercera novela, La piel dorada, nació frente a un cuadro en el Museo del Prado y ante la mirada llena de secretos de una modela desde el lienzo.

Con esta historia he querido explorar una figura tan desconocida como fascinante, la de la modelo de arte: ¿Quién era?, ¿por qué posaba desnuda?, ¿por qué vivía al límite de la moralidad de su época?, ¿cuáles eran sus sueños? Escribirla ha sido un viaje maravilloso: emocionante, revelador y aleccionador. Ahora estoy deseando compartir con mis lectores esas sensaciones a través de la historia de Inés, una mujer muy especial.

Puedes seguir a la autora en:

www.carlamontero.com

www.facebook.com/Carla.Montero.Oficial

@CarlaMonteroM


Mis impresiones:

Me gustaría empezar entonando el mea culpa, puesto que hace mucho tiempo que leí esta novela, sin embargo me ha costado mucho encontrar el modo de encarar la reseña, la he tenido a medias durante más de un mes y ante la imposibilidad de encontrar luz al final del túnel he decido abordarla de nuevo, desde otro punto de vista. No se si os ha pasado alguna vez que una opinión se resiste a pesar de que el libro os ha dejado un buen sabor de boca, pero yo había llegado a un punto en que no era capaz de expresar mi opinión sobre la trama, ni sobre los personajes.

Confieso que me costó un poco entrar en la historia, que tuve que volver atrás dos veces para encontrarle sentido a lo que leía, al final he elaborado mi propia teoría, no se si será o no acertada, pero solo desde ella podía entender lo que leía, pero como siempre me adelanto y comienzo la casa por el tejado.

Ambientación:

Quizás sea el mayor acierto de esta novela, el periodo histórico en el que se desarrolla y la ciudad elegida, Viena. Nos encontramos a finales del s.XIX, principios del XX, en la capital de un Imperio, el Austrohúngaro en plena decadencia, en el que la nobleza lucha por no perder sus privilegios a manos de una clase media alta que comienza a controlar, el desarrollo de la sociedad, la economía, la política, la información y la cultura.

La autora ha realizado una espectacular labor de documentación que tiene su reflejo en la novela, sin que llegue a cansar, aburrir o ralentizar la trama. Ha sabido encontrar el equilibrio entre acción y documentación. Para que fuera todo más verosímil ha dado cabida a grandes personajes de la época como Klimmt, Mosser y Sigmund Freud, aunque no son los únicos.

Uno de sus aciertos a mi modo de ver es convertir a Viena en un personaje más de la novela, nos hace bascular entre la opulencia de las clases altas, sus fiestas y despilfarros, y la pobreza más extrema, la de aquellos que por no tener, no tienen ni un techo para guarecerse, o carecen de comida para alimentar a sus hijos. Y el nexo de unión entre ambos mundos es Inés, una mujer tan misteriosa como fascinante, a la que conoceremos a través de la mirada del resto de los personajes porque muy pocas veces toma la palabra para hablar de sí misma.

No resulta difícil pasear por los fastuosos salones, o en calesa de la mano de Carla Montero, como tampoco es complicado descender a los infiernos vestida con ropa de gala, y pasearte por los barrios más pobres, en los que los desheredados malviven sin lo más básico. Sin duda nos encontramos ante una novela de contrastes, yo diría que de fuertes contrastes que no solo se manifiestan en la ambientación, también en la estructura.

La estructura:

Ya he reconocido que me costó entrar en la trama, y la culpa no la tiene la historia en sí, si no la forma en que está narrada.Comienza la novela con un prólogo del detective Jack Sehlackman en el que nos habla de su adolescencia, de los crímenes de Whitechapel, o quizás os suene más Jack el destripador y de cómo los juegos de su temprana juventud se tornaron en una cruda realidad, una investigación que no avanzaba y un asesino en serie que tenía predilección por las mujeres bellas, modelos de arte, y que sospechosamente frecuentaban la compañía de Hugo von Ebenthal. Sin embargo ya nos advierte que no vamos a encontrar una historia de crímenes porque no fue nunca un gran detective, que su pretensión es contarnos la historia de Ines.


Y ahí es cuando comienzan a no encajar las piezas... porque Karl pretende contarnos una historia y el primer capítulo está narrado en tercera persona y en tiempo presente, por un narrador juraría que omnisciente puesto que conocemos los hechos desde distintos puntos de vista. La autora fecha los capítulos, incluso dentro de uno mismo encontramos distintas fechas. El desconcierto llega cuando en el segundo capitulo, desaparecen las fechas para encontrar un escueto Unos meses después, el presente se transforma en pasado y la tercera persona en  primera, el tono se vuelve más intimista y el narrador deja de ser omnisciente para cederle la palabra al detective Sehlakman.

Ahora es cuando toca explicar mi teoria, las dos lineas temporales, tienen que ver una con el tiempo real en el que suceden los hechos, y la otra más lenta, meses después de la resolución de los asesinatos, con un Sehlackman volviendo al pasado quizás para justificar algunos de sus actos. Por eso una se desarrolla en un tiempo definido y la otra no lo necesita, porque que más das que esa mirada retrospectiva se realice dos meses después que cuatro, o seis. Hasta que llegué a esa conclusión  me costó seguir el hilo de los acontecimientos me parecía que la autora repetía de forma desordenada los hechos.

A lo largo de 16 capítulos que van de menos a más la autora nos relata la historia de una mujer Inés, modelo de arte y a la vez dueña de la Maison des mannequins donde forma y da soporte a mujeres bellas que no tienen otra forma de ganarse la vida. Los crímenes que empiezan a ser cada vez más seguidos tienen que ver en cierta medida con ella, porque todas las victimas pertenecen a su escuela, o están relacionadas con ella, y a la vez todas frecuentan el circulo de amistades de Hugo von Ebenthal. No es de extrañar que ambos se conviertan en los principales sospechosos.

Conforme avanza la novela la acción gana terreno, los capítulos se hacen más cortos introduciendo al lector en una vorágine lectora, porque necesita saber quien es el asesino, y cuales son sus motivos, reconozco que no fui capaz de adivinarlo y que aunque una vez cerrada la trama todo tiene sentido, no habría puesto mis ojos jamás en ese personaje.

Llama la atención lo distintas que son las investigaciones ahora y en el pasado, a pesar de que la autora hace que su investigador siga las pautas de Hans Gross a quien se le conoce por ser el padre de la criminalistica moderna. No se si se ha cometido algún error de ambientación puesto que no estoy muy puesta en el tema, pero a mi me ha parecido verosímil.

Los personajes:

Son muchos y todos ellos tienen ejundia, aún aquellos que aparecen más difuminados, pocos son los que tienen voz propia en esta historia y sin embargo están bien trazados. Me he llevado una muy grata sorpresa sin embargo voy a resaltar unos pocos, los que quizás tienen más peso.

En la trama narrada en presente:

Ines: Bella, misteriosa, y muy humanitaria. Inés es de esas mujeres que fascinan a simple viste y que levantan multiples envidias, de esas mujeres que uno solo ve su fachada y se pierde un interior muy rico en matices. A Inés no le gusta hablar de si misma, se resta importancia y lucha porque la mujer por pobre que sea ejerza su trabajo con dignidad, sin tener que recurrir a la prostitución. Descubrirla ha sido toda una aventura y solo por ello merece leer la novela.

Hugo von Ebenthal: Un personaje desestabilizado, en ocasiones odioso y en otras tremendamente tierno, marcado en su juventud por un hecho que va arrastrando y que le llevó al exilio, vuelve a Viena por la enfermedad de su padre para encontrarse con que el pasado no muere y que muy a su pesar vuelve con fuerza y lo coloca de nuevo en el centro de una investigación policial. Hugo nos depara sorpresas agradables y nos ayuda a entender su forma de ser y los temores y angustias que lo azotan.

Kornelia von Zeska: posiblemente el personaje más extravagante de esta historia, una mujer enamorada del arte que por su condición femenina se ve abocada a crear su propia escuela, y a que no se le reconozca su merito. Sus gustos y su forma de ser la convierten en el ojo de huracán de la sociedad de la época, tía de Hugo von Ebenthal será su principal defensora.

Aldous Lupus: Artista y mecenas de Inés, en realidad su pareja, aunque un poco peculiar. Es un personaje que tiene un peso especifico, aunque para mi se le ha dado más importancia de la que debería.

En la trama narrada en pasado el personaje por excelencia es:

Karl Sehlackman: Amigo de la infancia de Hugo, ve como de nuevo se encuentra en el centro de las sospechas por asesinato, es un hombre tremendamente complejo, que eligió una profesión para la que reconoce que no está hecho, que se ve inmerso en una investigación que no avanza y enamorado de una mujer que nunca le va a corresponder. Es un personaje lleno de matices con el que no es dificil empatizar a pesar de que yo hubiera actuado en ciertos momentos de forma diferente a la suya.

Poco más que decir de los personajes, una breves pinceladas para ubicarlos pero merece la pena ir paso a paso y descubrirlos a través de la lectura de esta fascinante novela.

La modelo femenino de arte:

Dice Carla Montero que esta novela nace ante la visión de un cuadro, su modelo una mujer de mirada enigmática que le llevó a hacerse preguntas sobre porque una mujer elige esa profesión.

A principios del siglo XX, ser modelo de arte era equiparable a ejercer la prostitución, de hecho así las consideraban, ¿y si tan baja era la estima que tenían de estas mujeres, que les empujaba a dedicarse a este mundo? La respuesta es muy sencilla, la necesidad, toda aquella mujer que no estaba respaldada por un hombre, fuera este marido, hermano o padre, se veía obligada a trabajar para poder mantenerse. Aquellas que eran dotadas de belleza, podían dedicarse a ser modelos de arte, no tenían porque acostarse con los pintores, solo mostrar su cuerpo desnudo y el sueldo que se cobraba era suficiente para sobrevivir y el trabajo tampoco era demasiado cansado.

La autora a través de Inés y las respuestas que esta le ofrece al detective Karl Sehlackman, nos ofrece una visión muy completa de porque una mujer escoge ese camino y que es lo que ella pretende al crear la Maison des Mannequins, sacarlas de la calle, darles un oficio más digno y sobre todo menos expuesto a enfermedades. Y esta visión se completa a través de las reflexiones y confidencias de otra modelo Sophia y personaje que me enterneció.

Creo que más que los crímenes en sí es lo que más me ha gustado de la novela, esa visión del mundo del arte, del desmadre de los artistas y de los círculos en los que se movían, la realidad de esas mujeres que no siempre ejercían ese trabajo por placer, si no más bien por necesidad, una necesidad que las colocaba en el centro de mira de la ciudad, siempre señaladas con el dedo.

Conclusión:

Si habéis llegado hasta aquí sabréis que esta novela me ha gustado, y en ocasiones incluso fascinado, que una vez superado el escollo de ese cambio de tiempo y de narrador que me desconcertaba la disfruté como una niña. Tanto las investigaciones tan distintas a las que podemos ver hoy en novelas y series televisivas, como la narración de los hechos, incluyendo ese romance que surge entre Inés y Hugo von Ebenthal, porque hay grandes amores fuera de la novela romántica.

La autora ha sabido llevar la intriga bien dosificada, le ha imprimido ritmo a la novela conforme avanzaban los capitulos, ha ido dando giros y contragiros hasta llegar a la resolución de los crímenes y por lo tanto al momento de desvelarnos el asesino, y poco a poco todo va encajando.

Sólo le pondría un pero a esta historia y  no lo he mencionado hasta ahora, y es que en los capitulos en presente de momento el asesino toma la palabra, podemos entrever que se trata de alguién con la mente muy enferma, están escritos en cursva, pero a mi modo de ver rompen en ritmo de la narración y no aportan a penas información que no conozcamos ya de otra forma. No me ha gustado nada esa forma de meter con calzador los pensamientos del asesino, me han desconcertado más que otra cosa y tampoco daban pistas de quien pudiera ser, cualquiera de los dos sospechos podría tener ese tipo de reflexiones o salidas de tono.

A pesar de ello ganan los pros y es una novela que os recomiendo encarecidamente, seguro que encontraréis en la trama algo que os llame la atención, y si no os daréis un paseo por la Viena de principios de siglo XX , muy completo, que incluye las zonas de opulencia y también las más degradadas social y económicamente.

Retos:

Cruce de caminos: negra y criminal

25 españoles

domingo, 13 de julio de 2014

Deseo de chocolate. Care Santos

El virus de la lectura, o para decirlo de forma más amable el gusanillo, se inocula de padres a hijos, sin embargo estos también son capaces de transmitirnos su pasión por un género, un autor, o un libro en concreto... Care Santos fue una de las autoras fetiche de mi hijo mayor hace unos años, cuando tenía entre diez y once años, cetro que compartía con Laura Gallego. Tanta era la pasión que sentía por los libros de esta autora y tan poca la mía por el género en el que se moví,  la literatura juvenil que abrace con gusto Habitaciones cerradas, a esta le siguió El aire que respiras, sin embargo a pesar de llegar con muchas ganas a casa han dormido el sueño de los justos en las estanterías, a la espera del momento adecuado para zambullirme en sus tramas.

A pesar de eso cuando vi que había ganado el Premio Ramón Llull, volví a lanzarme a incorporar el libro a una lista de pendientes de lectura que ya empieza a ser preocupante. Esta vez quizás mi pasión por el chocolate, o porque el libro tenía un grosor asequible, no lo he dejado reposar demasiado. A ello se ha sumado que comencé a leer la historia en catalán, me gusta acercarme a las lecturas en su lengua original, pero pronto vi que no iba a disfrutarla porque se me hacía cuesta arriba el idioma. No leo con soltura en catalán y si veo que las primera páginas no me atrapan suelo dejar el libro de lado.  Sin embargo, me di cuenta que el problema de este libro no es que no me atrapara, si no que no llegaba a aprehender lo que leía, por eso dejé mi ejemplar en catalán y fui en pos de uno en castellano, seguro que me he perdido matices, porque los sentimientos se transmiten mejor en la lengua materna del escritor, pero no fui capaz.

El libro me ha gustado, pero no todas las partes me han atrapado por igual, aunque para ser sincera me ha parecido original la forma en que la autora ha construido la trama, el hilo constructor una chocolatera de porcelana, y las protagonistas sus tres dueñas. A ello como cada parte se desarrolla en una época distinta, también es distinta la forma de narrar, y si la trama no te engancha por igual, si lo consigue el estilo. Pero como siempre me voy por las ramas, me adelanto y os dejo con la miel en los labios...

La autor@:

Hace meses que por falta de tiempo la información sobre los autores se limitaba a la que la editorial ofrecía
en las solapas. Quizás la que sobre Care Santos se facilita no sea extensa para una autora de su calibre, una mujer que en literatura juvenil es y ha sido un referente y con sus novelas para adultos no se ha quedado atrás. Pero ahora a la falta de tiempo se le une que no tengo ADSL más que unas horas cada dos o tres días, así que este apartado seguirá sin más información que la que podéis encontrar en el libro en cuestión.

Care Santos nació en Mataró en 1970, ha publicado ocho novelas, seis libros de relatos y numerosos libros para jóvenes, campo en el que es una de las autoras más leídas de nuestro país. Entre sus títulos destacan Los que rugen, La muerte de Venus, con la que resultó finalista del Premio Primavera en 2007, Habitaciones cerradas y El aire que respiras. Su obra ha sido traducida a dieciocho idiomas. Deseo de chocolate ha sido galardonada con el Premio Ramon Llull 2014.

Si necesitais más información la podréis encontrar en su twitter, y en sus páginas web

@CareSantos
www.caresantos.com
www.silencioeslodemas.blogspot.com.es

Argumento:

Tres mujeres, tres siglos y la misma chocolatera de exquisita porcelana blanca:

Sara: propietaria de un apellido que en Barcelona es sinónimo de chocolate, se enorgullece de dar continuidad a la tradición heredada de sus padres.

Aurora: hija de una sirvienta de una familia burguesa del siglo XIX, para quien el chocolate es un producto prohibido.

Mariana: esposa del fabricante de chocolate más famoso del siglo XVIII, abastecedor de la corte francesa e inventor de una maquina prodigiosa.

A través de la pasión por el chocolate, Care Santos traza un apasionante viaje en el tiempo en el que recorreremos más de tres siglos de historia, desde su llegada a Europa hasta la sofisticación de nuestros días.

Vibrante y adictiva, esta maravillosa novela es un exquisito placer para los sentidos.

Mis impresiones:

Care Santos me ha sorprendido con una historia que comienza por el final para llegar al principio, nuestra gran protagonista es una chocolatera de porcelana blanca, que ha conocido mejores días, y que comienza a vivir una segunda oportunidad tras un fortuito accidente, sin embargo lo importante es como terminó en manos de Sara Rovira, y que significaba para ella ese objeto y sin comerlo ni beberlo la historia que buscaba Sara es la que acaba conociendo el lector, pero para ello tendrá que esperar a la tercera parte del libro.

Estilo:

La novela comienza en lo que podríamos llamar un falso prologo, y digo que es falso porque en realidad lo que nos narra es la muerte y resurrección de la chocolatera. A partir de este momento y conocido el objeto en cuestión y su final la autora nos relata su historia que corre paralela a la historia del Cacao y su manipulación y a la historia de Barcelona donde el chocolate es muy apreciado y se le da distintos usos.

Para ello divide la trama en tres partes o lo que ella llama actos cuyos titulos son bastante representativos de lo que vamos a encontrar en su interior y al mismo tiempo relacionados de un modo u otro con el chocolate.

Primer acto: Guindilla, jengibre y lavanda, tres ingredientes que uno de los personajes de la primera parte utiliza para crear unos bombones, que simbolizan la amistad entre tres personas a cada cual más distinta, unidas en un triángulo amoroso de lealtades y traiciones.

Segundo acto: Cacao, azúcar y canela, de nuevo los tres ingredientes que la protagonista de esta parte utiliza para hacer un chocolate espeso que tomaba primero la mujer a la que servía y más tarde ella y su marido a media tarde.

Tercer acto: Pimienta, clavo y achicoria, si los ingredientes del primer acto me parecen un poco atrevidos para un chocolate, los del tercero todavía me parecen más inviables sobre todo porque últimamente en pastelería se usa mucho la pimienta rosa, pero la achicoria no se si se me ocurriría darle uso alguno.

Sin embargo reconozco que pocas veces tres palabras han resumido mejor lo que se puede encontrar entre las líneas de un libro, o un acto en este caso.

Cada acto es una historia diferente con uno  o más hilos en común, la chocolatera de porcelana blanca en la que solo caben tres tacitas, el chocolate y su evolución a través de los siglos, ligado ello a la historia de Barcelona desde la actualidad hasta el s. XV, XVI, saltando de Barcelona a Francia, concretamente a Versalles.

Estos saltos en el tiempo los aprovecha la autora para cambiar el estilo en la narración desde el actual en el primer acto, en el que podemos prácticamente reconocernos de la mano de tres jóvenes que sueñan con hacer del chocolate su medio de vida, Sara desea mejorar la tradición pero mantenerse en su línea, mejorar lo ya bueno, Oriol desea innovar, darle un toque atrevido, y el tercer vértice del triángulo lo forma un catedrático de química, Max, que en el arte de manipular el chocolate es nulo pero su estructura la controla mejor que ninguno. La historia de esta amistad a tres bandas, es también la historia del chocolate en la actualidad . 

Y quién vertebra esta historia es la chocolatera que Sara  compró la primera noche en que los tres salieron a tomar copas tras el curso de Chocolate en el que participaban. Una historia de amor, amistad, lealtad y traiciones con un hilo conductor el amor por Barcelona y el chocolate.

De esta narrativa fresca y actual, saltamos a 1899, a una Barcelona de clases acomodadas, en la que el Liceo era el alma y el pulmón de la ciudad, en la que la alta burguesía tenía un papel predominante, a una sociedad clasista en la que unos tenían mucho y otros tenían que contentarse con servirlos y ganar un jornal que les permitieran vivir. Care Santos le resta frescura a la narración para acomodarla a la época, la historia está contada por uno de los personajes que ni siquiera es principal, sino meramente accesorio. 

Dos familias los Sampons chocolateros y los Turull, inventor de máquinas, unen en matrimonio a sus hijos y comienzan negocios para mejorar y facilitar la fabricación de Chocolate. Una historia unida a la de El Liceo de Barcelona, al amor por la música, la opera y el glamour, contada por el marido de la mujer que sirvió a la niña de los Turull, una mujer que cumplió el papel para el que fue criada. A veces me pregunto si Aurora tiene problemas de memoria porque el doctor Vulpi bastante mayor que ella recurre al recuerda, toda la historia esta narrada como si él se la contara a ella o esa es la impresión que me ha dado a mí porque la interpela en bastantes ocasiones.

De la segunda propietaria Aurora, pasamos a la tercera parte que en realidad es el principio, ese que tanto investigó Sara, la mujer que la mandó fabricar, perteniciente a la corte de Versalles. En esta parte vuelve a cambiar el registro para acomodarlo a la época. El lenguaje se hace más recargado, la narración se acomoda al lenguaje escrito, al diario que un secretario escribe para la hija del rey de Francia, Madame Adelaide. A través de ese diario conocemos el Gremio de Chocolateros, como funcionaba, como se estructuraba y como se las gastaban. Paseamos por una Barcelona muy distinta de la que conocemos. Conocemos la historia de Mariana, una mujer que con todas la aptitudes para ser chocolatera le es negado por la sociedad en la que vive, y que debe abandonar.


Tres historias que podrían conformar tres novelas diferentes y que la autora consigue aunar en un mismo libro a través del hilo conductor del chocolate y un objeto que va sufriendo desperfectos con el paso del tiempo, una chocolatera de porcelana blanca salida de la fabrica de Sevres en Versalles, como regalo de Mme Adelaide a  Fernández, el mejor maestro chocolatero de Barcelona.

Personajes:

Nos encontramos ante una novela coral, cada parte tiene sus personajes principales y los accesorios, todos ellos bien dibujados, con matices, por insignificantes que creamos que puedan ser. 

De la primera parte si alguien me merece respeto y una compresión absoluta es Max, un hombre que ama a su mujer y perdona lo imperdonable, aún así es capaz de encarar con su amigo una cuestión que lleva coleando desde el momento en que se conocen. Para mí el final de ese primer acto es magistral y desde luego reivindica a Max como personaje. A pesar de que los tres vértices del triángulo tienen sus virtudes y sus defectos me quedo con el catedrático al que en un principio llegué a menospreciar, me dio una gran lección de humanidad y de humildad.

En la segunda parte los personajes se multiplican, tenemos una sociedad burguesa que tiende a la fiesta y al despilfarro, a la participación en actos sociales. Esta parte a pesar de ser interesante se me ha hecho en ocasiones un tanto pesada. Quizás porque aunque estoy familiarizada con los compositores clásicos, no lo estoy tanto con las operas, género que no es santo de mi devoción.

Me gustaría resaltar a dos mujeres y a un hombre:

Hortensia: la matriarca del clan Turull, una mujer capaz de darse por entero a la hija de una criada, salvarle la vida, y proporcionarle un futuro sin salir de su clase social, siempre en la sombra, sin querer nada a cambio, una mujer que termina sufriendo lo indecible con el comportamiento de su hija biológica.

Aurora: Al servicio de la niña de los Turull es su confidente y amiga, y sigue con ella después de casada. Cuando esta desaparece vuelve al servicio de Dña Hortensia y más tarde al del Dr Volpi. Es una mujer que conoce su lugar en la sociedad, que le cuesta salir de él, pero que lo consigue. Se convierte en la segunda dueña de la chocolatera por un error, y al final consigue devolverla a casa de los Sampons, de donde nunca debería haber salido.

Dr. Volpi: Un hombre tremendamente interesante, es el narrador de este segundo acto y sin embargo aparece en él bastante avanzado. Desde el primer momento me llegó al alma, y me conquistó de la misma manera que logro que Aurora aceptara su propuesta de matrimonio.

No menos numerosos son los personajes en la tercera parte, sin embargo yo solo voy a destacar uno, porque me gustan los personajes femeninos fuertes, que vencen las pruebas que le pone la vida, que son capaces de renacer una y más veces de las cenizas. Y ese personaje es Mariana.

Mariana es una mujer hecha a si misma, desde su nacimiento ha recibido golpes de la vida, sin embargo ha sabido ir sorteándolos unas veces sola y otras con la ayuda del padre Fideo. La conocemos luchando por llevar adelante sola el negocio de su marido que es maestro chocolatero y tropezando con las envidias del Gremio. Una historia de superación, que merece ser leída.

Ya había comentado al principio que no todos los actos me han atrapado por igual, el primero lo hizo por actual, y el último por ser verdaderamente interesante, a pesar de que el lenguaje es un poco artificioso, como podríamos esperar de un francés que escribe a la Corte y que imita a un escritor de comedias, la trama que se despliega ante el lector es tremendamente adictiva porque tiene todos los ingredientes para gustar, hay un misterio en torno a uno de los personajes, otro que se convierte en detective aficionado a la par que en salvador de una dama en apuros, y una historia atractiva, la de Mariana.

Ya habréis adivinado pues que el acto  que menos me ha atrapado y que menos me ha gustado ha sido el segundo. No es que la historia de los Turull y los Sampons no merezca la pena, si no que se me ha ralentizado demasiado, quizás la culpa la haya tenido la opera a la que no soy  nada aficionada.

Ya solo me queda recomendaros esta novela, seguro que te atrapará alguna de sus partes, si no todas, ya tengo preparado Habitaciones cerradas, me gustaría leerlo este verano, aunque el mes de julio me esta resultando muy complicado, mi horario de trabajo es un poco difícil para compaginarlo con el blog, aún así lo voy a intentar.

PD: no tengo ADSL a mi disposición, apenas consigo tener unas horas libres al día y no encuebtro la forma de publicar, aunque voy redactando las reseñas en borradores en word. Del mismo modo os leo por el móvil, pero no puedo comentar. Me iré asomando por vuestros blogs aunque no deje rastro...

Retos

25   españoles

Feliz verano!!